La acción pastoral en la Institución educativa responde a una de las
principales finalidades de la Educación Bethlemita (LEB N° 8) la cual inspirada "en
el misterio del Verbo Encarnado por el que "Cristo se inserta en la
historia del hombre, comparte su situación, anuncia la salvación e
instaura el Reino" (Constituciones Bethlemitas N° 78), ofrece una
educación humanista y cristiana que vela por el desarrollo integral de las
personas, en diálogo continuo, fe, cultura y vida, para formar hombres y
mujeres constructores de nuevas sociedades" (LEB N°9)
Cada una de las actividades de pastoral se ha propuesto dar a conocer Dios, para vivir una experiencia trascendental que le permita a los estudiantes e integrantes de la comunidad educativa, fortalecer esos lazos con lo espiritual y el carisma Bethlemita y de esta forma lograr alcanzar esas metas que nos proponemos en todas las dimensiones humanas y espirituales que llevan al equilibrio interior y exterior
Celebremos con alegría la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús Fiesta en la que reconocemos el misterio del amor y misericordia de Dios Padre, manifestado en el corazón de su Hijo Jesucristo, que acoge y congrega para hacer a su pueblo, santo También festejamos la experiencia de contemplación y devoción de nuestros fundadores, Hno Pedro de Betancur y la Madre Encarnación Rosal, quienes consagraron su vida, obra y espiritualidad al corazón de Jesús como fuente de vida y refugio seguro en momentos de fragilidad.
Pedimos hoy al Señor, a través de esta Eucaristía, la capacidad para comprender la misión salvadora de Dios a través del sufrimiento, como la Madre Encarnación lo experimento en todo el proceso de refundación de la congregación Bethlemita, y que su frase “Dios formó mi corazón para trabajos” sea una luz de esperanza y una motivación para entender que los propósitos del corazón del ser humano se logran de la mano del Señor, así como alcanzó su deseo de celebrar los dolores internos del Corazón de Jesús, los 25 de cada mes, en especial, su solemnidad el 25 de agosto. Unámonos hoy en un mismo espíritu Bethlemita para cautivar el carisma de servir y amar a Dios como nuestra fundadora lo asimiló en su ser.
Cuando todo lo que ocurre se lleva inmediatamente a la esfera de la fe, las cosas se comprenden y el espíritu puede experimentar la sensibilidad frente al dolor y las necesitades del otro. Este es el caso de la Madre Encarnación Rosal, mujer orante y contemplativa del dolor del corazón de Jesús en los misterios de la Encarnación, nacimiento y muerte de Jesús. Ella nos trae a la memoria nuestra frialdad y dureza con el Señor, convirtiéndose Él, en víctima de nuestro pecado. Para La Madre los dolores internos del corazón de Jesús no pueden ser ignorados, por tanto, nos invita a tomar conciencia de las acciones cotidianas hirientes y a reparar todo aquello que causa ruptura y aleja de la misericordia de Dios.
Este corazón, que simboliza la interioridad y la esencia de cada uno de nosotros. Concédenos, Señor, la capacidad para reconocer todas las bondades y acciones que tú haces, con tal de liberarnos del dominio y las heridas del pecado para repararnos y convertirnos en verdaderos cristianos y mensajeros del Reino.
Nos reunidos como familia Bethlemita, para acompañar a los niños que reciben por primera vez a Jesús Eucaristía. Sintámonos felices de que la presencia de Dios, irrumpe con poder y humildad en nuestros niños.
Ellos confirman, el
deseo de vivir su fe cristiana, con actitud de gozo, fidelidad y compromiso,
para dejarse transformar, desde la comunión con Jesús resucitado, que se
comparte en la celebración eucarística y se evidencia en el encuentro con el
otro.
La celebración de la natividad de la Virgen María el 8 de septiembre nos invita a reflexionar sobre su papel fundamental como madre de Jesucristo. Su humildad, obediencia y fe continúan inspirando a millones de personas. Esta festividad destaca la importancia de la maternidad y la familia en la vida cristiana. María simboliza la esperanza y la promesa de un nuevo comienzo, marcando el inicio de la historia que llevaría al nacimiento de Jesús y a la redención de la humanidad. En este día, contemplamos el misterio de la Encarnación y recordamos la providencia divina, subrayando la importancia de la fe y la disposición para responder al llamado de Dios en circunstancias aparentemente ordinarias.
En nuestro colegio Bethlemitas, la fiesta la celebramos consagrando a los niños de primaria a Nuestra Señora de Belén.
La Promoción 2023 se dio la oportunidad de tener su retiro espiritual, alejados por un tiempo de sus obligaciones cotidianas para dedicarse a orar, reflexionar, meditar y discernir sobre el valor de la existencia. Una gran experiencia que les permitió fortalecer su vida interior, su proyecto de personal y consolidar los lazos de amistad como grupo.
Celebrar la vida y el cumpleaños de Madre Encarnación Rosal, es honrar un legado perdurable a lo largo de 203 años. Su espíritu sigue vivo en cada Bethlemita, reflejado en sus obras y su profunda espiritualidad. En este día especial, las emociones nos embargan al recordar su incansable labor y su amor incondicional por aquellos a quienes consideró sus predilectos destinatarios. Su devoción inquebrantable nos invita a renovar el compromiso de difundir el mensaje del Dios verdadero, llevando su luz a los rincones más oscuros del mundo. En su legado, encontramos la inspiración para seguir sus pasos, guiados por su ejemplar entrega y compasión, recordando siempre que la fe y el amor son los pilares que sustentan su valioso legado, el cual perdurará por generaciones venideras.
La visita de su reliquia a parroquias y hogares de los distintos países donde se realiza la misión Bethlemita, ha marcado un hito trascendental. Su presencia ha provocado una transformación profunda en quienes la reciben, despertando la llama de la fe y la devoción en cada corazón. Este peregrinaje ha unido a comunidades y familias, fortaleciendo los lazos de fraternidad y amor en el nombre de la Madre Encarnación Rosal. Su legado vive en cada milagro silencioso y en cada acto de bondad inspirado por su ejemplo. Unidos en un objetivo común, anhelamos su pronta canonización, confiando en que su santidad será reconocida y venerada universalmente, difundiendo su mensaje de amor y servicio por toda la tierra.
La navidad es un tiempo de alegría, de encuentro y de reflexión. Más allá de las luces brillantes y los regalos, es una celebración que nos brinda la oportunidad de profundizar en nuestra conexión con Dios para renovar nuestro espíritu.
Celebrar la navidad, es recordar
la generosidad divina y a la vez un momento para estar agradecidos por las
bendiciones que hemos recibido a lo largo del año. El nacimiento de Jesús nos
enseña el poder del amor y la compasión hacia aquellos que sufren y ser luz en
la vida de los demás.
Como Bethlemitas, profundamente admiradores del Misterio de Belén como lo hicieron nuestros fundadores, El Santo Hno Pedro de Betancur y la Madre Encarnación Rosal, festejemos y valoremos ese gesto de misericordia del Dios hecho bondad, para fortalecer nuestros lazos de comunión y fraternidad y hagamos de esta navidad un camino de esperanza, abriendo nuestros corazones, para que Jesús nazca en el mismo ambiente de humildad y sencillez y logremos construir un mundo que busque tener como célula fundamental, la promoción de familias más auténticas capaces de acercar a todos sus miembros al Dios que se hace hombre.
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