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¡Así es! Nuestra sede campestre es un verdadero paraíso para la biodiversidad, y recientemente tuvimos la oportunidad de conocerlo mejor a través de una increíble salida de campo. Te contamos cómo fue esta experiencia única en la que los estudiantes de grado séptimo se pusieron las botas (literalmente) y salieron al encuentro de la fauna más alucinante.
La aventura comenzó el viernes 30 de agosto, cuando un grupo de valientes exploradores (nuestros estudiantes) se adentraron en la oscuridad de la noche para descubrir los misterios de los murciélagos, anfibios y reptiles. ¡Sí, esos animalitos que algunos prefieren evitar, pero que son fundamentales para el equilibrio de los ecosistemas! Armados con linternas, redes y mucha curiosidad, observaron de cerca a estas criaturas nocturnas, aprendiendo sobre sus hábitos y su importancia en el entorno.
El segundo día, el 1 de septiembre, las cosas no se quedaron atrás. Esta vez el enfoque fue en las aves y los insectos coprófagos (¡sí, esos que se alimentan de cosas que ni te imaginas!). Nuestros exploradores madrugaron para identificar el canto de las aves y aprender sobre la asombrosa capacidad de los insectos para descomponer materia orgánica. Aunque suena raro, estos pequeños héroes son clave para el reciclaje natural de los ecosistemas.
Pero lo mejor de todo es que no estuvimos solos. Un grupo de biólogos súper apasionados y expertos nos acompañaron durante las dos jornadas, compartiendo sus conocimientos y ayudando a identificar cada especie que encontramos. No solo fue una experiencia educativa, sino también una oportunidad para conectar con la naturaleza y entender por qué debemos protegerla.
Con estas actividades, el proyecto de investigación del grado séptimo está documentando la biodiversidad que nos rodea, y lo más emocionante es que esto apenas comienza. ¡Quién sabe qué otras criaturas fascinantes están esperando a ser descubiertas en nuestra sede campestre!